
Cuando estemos delante de Dios en el juicio, no seremos juzgados por nuestros
ministerios, logros o el número de convertidos. Sólo habrá una medida de
éxito en aquél día: ¿Estaban nuestros corazones completamente rendidos a
Dios? ¿Pusimos a un lado nuestra propia voluntad y planes, y aceptamos los de
Dios? ¿Sucumbimos a la presión de otros para formar parte de la multitud o lo
buscamos sólo a él para que nos diera dirección? ¿Corrimos de seminario en
seminario buscando propósito para nuestras vidas o encontramos nuestra
realización en él?
Yo sólo tengo una ambición y ésta es aprender más y más para decir sólo
aquellas cosas que el Padre me dé. Nada de lo que yo diga o haga de mí mismo
vale algo. Yo quiero poder proclamar, “Yo sé que mi Padre está en mí
porque hago su voluntad.”
Palabras de David Wilkerson Today, devocional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario